La venta de entradas para espectáculos en vivo son un caos en México. Para muestra, la presentación de Bad Bunny este viernes en el Estadio Azteca, que lucía semivacío pese a que los boletos se encontraban agotados desde hace semanas. Ticketmaster, la empresa encargada de la distribución de las entradas, ya ha sido denunciada en múltiples ocasiones en redes sociales, por lo que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha solicitado a la compañía un informe en torno a la presentación del Conejo Malo, “en el que explique qué es lo que ha provocado esta situación con los boletos”, ha mencionado la dependencia. “Hacemos un llamado a los consumidores afectados a que presenten sus quejas para poder darles atención en los términos legales que corresponde”.
La madrugada de este sábado, Ticketmaster pidió una disculpa a los asistentes y dijo que habrá un “reembolso a los adquirentes de boletos legítimos que no hayan podido acceder al concierto de Bad Bunny de hoy”, según dice en un comunicado, aunque no menciona cuáles son los canales para presentar su aclaración. “Los inconvenientes de los accesos fueron consecuencia de la presentación de un número sin precedentes de boletos falsos, lo que provocó una aglomeración de personas fuera de lo normal y una operación intermitente de nuestro sistema. Lo anterior generó confusión y complicó la entrada al estadio, con la lamentable consecuencia de que a algunos boletos legítimos les fuera negada la entrada”, justificó la compañía.
La historia se repite en varios icónicos conciertos. María Bastón y su hermana llevaban esperando para ir al concierto de Harry Styles durante meses. Se prepararon lo mejor que sabían para el momento en el que salieran los boletos a la venta: tenían dos computadoras y dos móviles conectados a la página de Ticketmaster. Comenzó la venta, recargaron la página y consiguieron ponerse en la posición 3.000 de la fila. Esperaron y esperaron hasta que, de repente, la página de Ticketmaster dio un error y se cerró de súbito. Habían perdido su posición en la fila. Se volvieron a conectar y Bastón paso a la posición 50.000, mientras que su hermana se quedó más lejos todavía, en la posición 130.000. Al poco rato se acabaron las entradas para el concierto. Se habían quedado sin sitio para el concierto de sus sueños.
n un caso aparte, Jorge Medina, un diseñador de 27 años, no podía quedarse sin ver a My Chemical Romance en el festival Corona Capital que se celebró a finales de noviembre en Ciudad de México. Un día antes del evento, decidió pedir prestado al banco y compró una entrada en reventa afuera del recinto. Gastó 11.500 pesos, cuando el precio más alto fue de 5.000 en la venta normal. “Yo digo que tienen trato con los revendedores, no puede ser que Ticketmaster deje agotar los boletos en tan poco tiempo”, refiere en consulta.
Cientos de mexicanos se muestran inconformes con las políticas de venta, tarifas y distribución de entradas para los principales espectáculos que se llevan a cabo en el país. En primer lugar, el porcentaje que se paga a la empresa por el manejo de los boletos es de 20% del costo total del mismo, y las políticas de devolución eximen a la empresa de regresar esta tarifa en caso de cancelación de los eventos o reembolso por parte de los usuarios.