“The Crown es una carta de amor a ella y no tengo nada más que añadir por ahora, solo silencio y respeto”, comunicó Peter Morgan, creador de la serie, tras la defunción de la reina Isabel. Netflix paralizó el rodaje, lo que afectó las secuencias previstas en Barcelona, y avisó que tampoco rodaría cuando se celebrara el funeral. Como era de esperar, la muerte benefició la producción a nivel de popularidad: volvió a entrar en las listas de los contenidos más vistos de la plataforma por el interés de conocer mejor un icono histórico, político, social y cultural de los siglos XX y XXI.
Pero, con la llegada de la quinta temporada prevista para el 9 de noviembre, comienzan los problemas de imagen. ¿Se puede hablar de “carta de amor” a Isabel cuando la ficción histórica contribuye a la destrucción de la imagen de su hijo, el ahora rey Carlos III de Inglaterra? Y, de la misma forma que se canceló temporalmente el rodaje, hay quienes cuestionan en el Reino Unido si no se tendría que haber retrasado el estreno de nuevos episodios para dejar reposar en paz a la querida monarca.
No pasaron desapercibidas las declaraciones del periodista Jonathan Dimbleby, también amigo del rey, que dijo que no tenía “paciencia con ese tipo de basura” en referencia a The Crown; tampoco las de Sally Bedell Smith, biógrafa de Carlos, que informó de “la importancia de denunciar de malas caracterizaciones e invenciones”, sobre todo ahora que estas afectan no solamente un príncipe sino un monarca; y ahora se le suma el ex primer ministro John Major.
Parece ser que en los nuevos episodios habrá una trama especialmente dañina para la reputación del heredero de Isabel II: Carlos conspirando para que la reina abdique de su puesto y pidiendo consejo y ayuda a Major.
“¿Qué hace que el partido conservador sea exitoso? Su instinto por la renovación y voluntad de dejar paso a alguien joven. Durante casi 60 años mi tatarabuelo Eduardo VII estuvo esperando entre bastidores. Anhelaba que le dieran responsabilidades pero su madre se negó. Y, sin embargo, cuando llegó su momento, demostró que sus escépticos estaban equivocados”, dirá el Carlos de ficción a Major según The Sunday Times.
¿Y qué tiene que decir el político conservador que gobernó el Reino Unido entre 1990 y 1997, sobre la etapa que cubrirá la quinta temporada y este presunto complot? “Nunca hubo ninguna discusión entre John y el entonces príncipe de Gales sobre una posible abdicación de la difunta Reina Isabel II”, ha informado Major mediante un portavoz.
Según el político, se trata de un enorme “sinsentido” y quiere dejar clara su opinión de The Crown, una ficción que considera “dañina y maliciosa”. También ha querido destacar que no prestó declaración ni sirvió de testimonio para el equipo de Peter Morgan en su fase de documentación para escribir los episodios venideros.
Desde Netflix, sin embargo, defienden que su producción siempre “se ha presentado como un drama basado en hechos históricos” y que la quinta temporada es una “dramatización ficcionada” que se imagina lo que podría haber pasado “a puerta cerrada” durante una década tan significativa para la familia real, “una que se ha escudriñado y documentado por periodistas, biógrafos e historiadores”.
Peter Morgan nunca ha ocultado que su trabajo consiste en imaginar hechos. Se inició en la disección de la vida de Isabel II con The Queen en 2006 pero en 2013 se interesó especialmente por la relación entre la monarquía y los primeros ministros con la obra de teatro The Audience:“Lo central en la relación que tienen la Reina y el Primer Ministro en estas reuniones semanales es que son confidenciales. La reina no le dice nada a su esposo; los primeros ministros no pueden hablar de ello con sus mujeres; las conversaciones ni están en las actas. Es la única área de su vida profesional que no está archivada”.
Él se escuda en el hecho que no está haciendo una serie documental sino una ficción histórica. The Crown, en este sentido, no es una fotografía sino una pintura: llegar a la verdad no a partir de la precisión del dato sino de la dramatización. Pero, con Carlos en el centro de la opinión pública tras ascender al trono del Reino Unido, Major se ha mostrado especialmente contundente con la serie que ya en su momento intentó intimidar el gobierno de Boris Johnson.
“Es una obra de ficción producida de forma impecable (…) pero Netflix debería dejar muy claro al principio que solo es eso”, dijo el secretario de cultura, Oliver Dowden, en noviembre de 2020 tras la repercusión de la cuarta temporada, que ponía la lupa en el matrimonio de Diana Spencer y Carlos, entonces interpretados por Emma Corrin y Josh O’Connor. ¿Y cómo se presentaba al actual rey? Como un hombre caprichoso, que abandonó a Diana a su suerte durante su matrimonio mientras tenía una relación adúltera con Camila Parker-Bowles, y que tenía celos por el amor de los medios por Diana.
Las declaraciones coincidieron con otras emitidas desde el ejecutivo que planteaba si era hora de “poner requisitos básicos” a las plataformas de streaming, lo que se interpretó como una medida de presión. Y, mientras en el Reino Unido se especulaba si Carlos se encontraba en una crisis de imagen por culpa de la serie, The Crown se llevaba la estatuilla a la mejor serie dramática en los premios Emmy, donde también arrasó con estatuillas al mejor guion, dirección, actriz para Olivia Colman como Isabel, secundarios para Tobias Menzies y Gillian Anderson como el duque de Edimburgo y Margaret Thatcher, y actor para John O’Connor.
La honestidad de The Crown a la hora de retratar a sus sujetos no es, además, la única polémica alrededor de la serie estos días. Si la semana pasada se hablaba de la inquietud en el equipo creativo por el inminente rodaje de la muerte de Diana, de quien no se mostrará el accidente pero sí la gestión del mismo y las consecuencias para la familia Windsor, ahora los medios británicos publican que Netflix está ultimando los detalles del documental de Harry y Meghan, no sin contratiempos.
