Aunque hay una iniciativa en el Congreso de la Unión para abrir el sector aéreo mexicano a las líneas extranjeras, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que si la nueva línea aérea estatal, Mexicana de Aviación, logra equilibrar los costos en el pasaje, no se aplicará el cabotaje.
En conferencia de prensa desde Palacio Nacional, el mandatario federal acusó que existe una campaña en contra del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) por parte de las líneas aéreas mexicanas pues no quieren que haya libre competencia.
“Lo de liberar la llegada de vuelos extranjeros para que haya más competencia lo estamos analizando, antes de eso estamos creando la nueva línea aérea Mexicana de Aviación y si con eso equilibramos los costo de los boletos de avión entonces quizá ya no haría falta abrir para que haya competencia y bajen los precios”, sostuvo.
“No existe ninguna iniciativa de ley; en ese sentido es que los dueños de las líneas aéreas de México no quieren competencia y entonces, como son influyentes, ya echaron a andar una campaña en ese sentido, estamos todavía dando los primeros pasos. Estamos ordenando lo de el uso de los aeropuertos”, comentó.
“Porque como no se construyó el aeropuerto de Texcoco y se saturó de manera deliberada el aeropuerto de la Ciudad de México, se construye el AIFA y como están molestos porque no pudieron hacer su transa con el aeropuerto fallido de Texcoco echaron a andar toda una campaña contra el AIFA”, añadió.
El 15 de diciembre, López Obrador envió la iniciativa de reforma al Congreso de la Unión, de mayoría aliada al gobierno, en la que justifica el interés de que, bajo una reglamentación y supervisión debidas, se fomente la competencia en el sector aéreo con el arribo estratégico de líneas aéreas comerciales de otros países y que brinden sus servicios al interior de la República.
Según la autoridad aeronáutica, el cabotaje fomentaría la competencia en el sector y ayudaría al desarrollo de nuevas terminales aéreas, como el AIFA, y con ello se incrementaría la conectividad.
El gobierno federal expone que con esta nueva regulación se fortalecería el turismo, que es una de las principales fuentes de ingreso del Estado mexicano.