Príncipe Andrés y Virginia Giuffre llegan a un acuerdo tras denuncia de abuso sexual

Internacional

Los abogados del príncipe Andrés de Inglaterra anunciaron que alcanzaron “un acuerdo de principio” con Virginia Giuffre, la mujer que lo denunció por abuso sexual siendo ella menor de edad.

En un escrito dirigido al juez Lewis A. Kaplan, los abogados no desvelan los términos del acuerdo, pero le piden que “suspenda todos los plazos” del juicio, que estaba previsto comenzara el próximo otoño, aunque no había fecha fijada.

En la carta firmada por David Boies, el abogado del príncipe, anticipan al juez que van a introducir una demanda de sobreseimiento del caso en un plazo de 30 días.

El juez Kaplan tiene ahora la potestad de archivar el caso, así como de mantener en secreto los términos del acuerdo extrajudicial.

El mismo juez Kaplan ya rechazó en diciembre archivar el caso, una petición de la defensa que se basaba en un acuerdo firmado por Giuffre, que ahora tiene 38 años y reside en Australia, y el difunto magnate Jeffrey Epstein, que fue quien supuestamente presentó a Giuffre al príncipe Andrés.

En ese acuerdo, firmado en 2009, Giuffre renunciaba a perseguir a Epstein “y a otros potenciales acusados” por los casos de abuso sexual, a cambio de un pago de medio millón de dólares.

El juez consideró entonces que las acusaciones contra Andrés no eran las mismas que contra Epstein, y además el caso se veía en una jurisdicción diferente; además, argumentó que las únicas personas que podían ejecutar un pacto confidencial eran los firmantes, requisito que supuestamente sí se cumple ahora.

Virginia Giuffre aún no se pronunció sobre el acuerdo en su cuenta de Twitter, donde suele comentar los avatares de su caso y reclama siempre justicia para las víctimas de abuso y tráfico sexual, con mención a la ONG que ella fundó para luchar contra este flagelo llamada “Soar” (siglas por “habla alto, actúa, reclama).

ero los abogados de las dos partes han firmado un comunicado conjunto en el que dan algunos detalles sobre el acuerdo, como por ejemplo que Andrés hará “un donativo sustancioso a la organización de Giuffre que defiende los derechos de las víctimas”.

Sin admitir en ningún momento la responsabilidad personal de Andrés en los abusos que Giuffre denunció haber sufrido cuando tenía 17 años, el comunicado conjunto sí menciona su nombre: “El príncipe Andrés jamás intentó mancillar la personalidad de Giuffre, y reconoce que ella ha sufrido, tanto por ser víctima como por los ataques públicos injustificados”.

Y por vez primera, Andrés se desmarca de su amigo Jeffrey Epstein, el hombre que supuestamente le presentó a Giuffre y que terminó suicidándose en una celda de Nueva York en vísperas de ser juzgado por numerosos casos de abuso sexual.

Una fotografía hecha en una mansión de Epstein y que ha circulado profusamente por todo el mundo muestra al príncipe agarrando por la cintura a una jovencísima Giuffre, en presencia de Ghislaine Maxwell, también vinculada a Epstein y que aguarda en una prisión neoyorquina la sentencia tras haber sido encontrada culpable de cinco casos de abuso y tráfico sexual el pasado diciembre.

La carta hecha pública hoy carga toda la responsabilidad sobre Epstein y trata de desmarcar al príncipe de aquella amistad que le ha costado tan cara. “Es conocido que Jeffrey Epstein hizo tráfico con incontable cantidad de chicas menores durante muchos años. El príncipe lamenta su asociación con Epstein y alaba el coraje de Giuffre”, dice.

Durante los pasados dos años, la estrategia de Andrés pasó por negar cualquier trato íntimo con Giuffre, negar incluso que la conociera y defender su amistad con Epstein, una amistad de la que gozaron otras personalidades de la talla de Bill Clinton, Donald Trump, Bill Richardson y George Mitchell, entre decenas de nombres con una cosa en común: eran parte de la élite en el sentido más amplio.

El comunicado que marca claramente un cambio de estrategia impulsado por el creciente descrédito de Andrés, señala que el príncipe “se compromete a demostrar su arrepentimiento por esa asociación (con Epstein) apoyando la lucha contra los males del tráfico sexual y apoyando a las víctimas”.

El pasado enero, la reina Isabel II de Inglaterra retiró a Andrés sus títulos militares, y aunque no lo despojó de ser ducado de York, modificó su perfil en la página web de la monarquía y acto seguido desaparecieron sus cuentas en Youtube, Twitter, Facebook e Instagram.

Giuffre declaró en repetidas ocasiones que su objetivo con la denuncia -como escribió en junio del año pasado- era “que Andrés se vea obligado a testificar y mostrar al mundo que por muy ricos que sean y por muchos títulos que tengan, el sistema de justicia les alcanza porque nadie está por encima de la ley”.

Pero el príncipe Andrés demostró que puede evitar el amargo trago de declarar como acusado en una corte extranjera.

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