El cineasta mexicano Gregorio Rocha, galardonado por su trabajo en festivales locales e internacionales, falleció en un accidente de tránsito mientras trabajaba como repartidor de comida, exhibiendo la precaria situación de los artistas en México, lamentaron este viernes colegas de la industria.
Gregorio Rocha, de 65 años, falleció el jueves debido a las lesiones que sufrió tras chocar con un automóvil cuando viajaba repartiendo comida en motocicleta por una autopista del sur de Ciudad de México, según reportaron medios locales.
“Gregorio Rocha murió. Con él se va una defensa vital del archivo fílmico, y la conservación rigurosa de la memoria audiovisual. Murió repartiendo comida para una app; trabajo honesto, pero precario hasta lo indigno”, lamentó este viernes Sergio Huidobro, crítico y tallerista de cine, en su cuenta de Twitter.
La secretaria de Cultura de México, Alejandra Frausto, también expresó el jueves, por redes sociales, su “tristeza” por la muerte de Rocha, al que describió como un “hombre de cine, dedicado a la producción de documentales culturales, históricos y sociales”.
Uno de los trabajos más reconocidos del cineasta es el mediometraje documental “Los rollos de Pancho Villa”, de 2003, que recibió el premio del público del Festival Internacional de Cine de Morelia, además de galardones en España y Estados Unidos.
“El Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) lamenta con profundo dolor la irreparable pérdida del extraordinario realizador mexicano Gregorio Rocha”, escribieron los organizadores de dicho evento también por Twitter.
Su largometraje documental “Acme & Company”, de 2006, recibió un premio de guión en México y es exhibido en la plataforma en línea Filmin Latino, junto con “Muros”, otro documental realizado en 2014.
José Antonio Cordero, cineasta y productor teatral mexicano, también expresó por Twitter que es indigno “ser un gran cineasta” y “morir como repartidor” porque las políticas de la secretaría de Cultura mantienen a los creadores en “desempleo”.
Aunque es sede de importantes productoras y festivales prestigiosos, la industria cinematográfica de México exhibe fuertes contrastes, entre falta de oportunidades y recursos para creadores y la realización de producciones millonarias que aprovechan los costos competitivos de su mercado.
En tanto, los repartidores de comida en Ciudad de México batallan para impulsar propuestas legislativas que los reconozcan como trabajadores con derechos plenos y los protejan de riesgos como accidentes, secuestros y hasta asesinatos, según información del colectivo “Ni un repartidor menos”.