El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que Maseca, perteneciente a Grupo Gruma, se comprometió a no aumentar el precio de la harina de maíz al menos hasta febrero del próximo año, a fin de contener el precio del kilogramo de tortilla.
Esta tarde, López Obrador se reunirá con productores y distribuidores de alimentos a fin de acordar estrategias para contener la inflación en México donde los precios de la canasta básica ha tenido incrementos.
“Ya nos mandó a decir, pero creo que hoy va a estar presente, el director de Maseca, que se compromete a que no haya aumento en harina de maíz cuando menos hasta febrero y eso es importante, porque estamos hablando de la tortilla y de quien distribuye como el 80% de la harina de maíz que se utiliza en las tortillerías”, informó el mandatario federal en su conferencia de prensa.
“La otra empresa es Minsa, también está participando y tengo una reunión con ellos hoy. Es tan importante la reunión que hasta vamos a comer, vienen como 20 productores, distribuidores, es tener un compromiso de no aumento de precios y si se puede, bajar precios en 24 productos básicos”, añadió.
En agosto, Ricardo Sheffield, procurador federal del Consumidor, acusó a Maseca de influir negativamente en el precio de las tortillas pues a costa de no bajar sus precios, obliga a las tortillerías a trasladar los costos a los consumidores.
La Profeco señaló que este es un fenómeno que debe atender la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), pues aunque el precio del maíz ha ido a la baja, Maseca sólo lo ha subido a tal grado que el precio del kilo de la tortilla ya ronda los 21 pesos en algunas tortillerías.
A principios de septiembre, López Obrador dijo que instruyó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para hablar con Juan González, dueño de Maseca, para que explicara por qué si los precios del maíz blanco han ido a la baja su empresa no ha reducido el costo de la harina.
En aquella ocasión, el jefe del Ejecutivo federal consideró que en esta época, donde la crisis económica pega a todo el mundo, las empresas no pueden tener ganancias extraordinarias a costa del bolsillo de la sociedad y por ende, utilidades razonables según el contexto económico.