El presidente evita pronunciarse sobre el contenido filtrado en ‘El martes del jaguar’, pero pide a la gobernadora y al senador que no se vean como “enemigos”.
Andrés Manuel López Obrador ha pedido al senador Ricardo Monreal y a la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, que cesen las hostilidades. “Hay que buscar la unidad”, ha insistido este miércoles el presidente. Las declaraciones del mandatario se han producido apenas unas horas después de que Sansores filtrara una conversación de WhatsApp atribuida a Monreal con Alejandro Alito Moreno, el presidente nacional del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), y lo acusara de “traidor” en su programa semanal de televisión El martes del jaguar. López Obrador no ha hecho ningún comentario sobre los señalamientos concretos contra Monreal de mover influencias mientras el líder priista era investigado por las autoridades.
El presidente también ha evitado tomar partido y ha recurrido a una frase que ya había dicho esta semana: “Quiero mucho a Layda y respeto mucho a Ricardo Monreal”. Sansores presentó una serie de mensajes intercambiados entre Alito y el senador en 2020 para acusar a su compañero de partido, el principal operador político de Morena en el Senado y aspirante a la candidatura presidencial, de tener un pacto paralelo con el PRI. “Es un traidor que se hace la víctima”, dijo la gobernadora.
“No nos distrae nada, ni los juegos de artificio, ni las descalificaciones ni las intrigas”, respondió Monreal desde el Senado en un video colgado en sus redes sociales tras la filtración. El senador insinuó que “en su momento ejercerá su derecho” de tomar acciones legales contra Sansores tras acusar una “guerra sucia” dentro de su propio partido para frenar sus aspiraciones políticas. “No caigamos en provocaciones. Busquemos la reconciliación”, declaró. Alito expuso su apoyo al senador y cuestionó la veracidad de los mensajes filtrados. “Otra vez la gobernadora manipulando y alterando conversaciones”, escribió Moreno en sus redes sociales.
“No hay que tener enemigos”, ha comentado López Obrador, en tono conciliador. “Ni siquiera a los opositores, a los conservadores, hay que verlos como enemigos, son adversarios”, ha agregado el mandatario. El presidente ha dicho brevemente que quizás lo conveniente era “ofrecer disculpas”, antes de divagar y asegurar que él mismo había sido víctima de “guerra sucia”.
El presidente parecía buscar un equilibrio para evitar que la “guerra sucia” evolucione en una “guerra fratricida”, en palabras del propio Monreal, pero al mismo tiempo mandar el mensaje que es normal que haya diferencias dentro de su formación política. El senador también ha chocado esta semana con Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de Ciudad de México y puntera en la carrera por la candidatura presidencial de Morena en 2024. “Que sí haya polémica y que se defienda el proyecto de nación, porque eso es defender al pueblo, pero no caer en la politiquería ni mucho menos en el insulto, el agravio, la humillación”, ha dicho López Obrador. El presidente de Morena, Mario Delgado, ha optado por el silencio, pese a que se hizo eco de otras filtraciones sobre Alito y supuestos actos de corrupción que destapó Sansores en los últimos meses.
Sansores dijo tener cientos de mensajes del teléfono de Monreal, así como otros 800 paquetes de información de otras personas, aunque no ha revelado cuál es la fuente. “Yo no soy espía, fue un material que nos llegó y me siento en la obligación de informarlo”, comentó la gobernadora para anticipar las críticas y las sospechas de que estaba utilizando su cargo para atacar a sus rivales políticos, incluso los de su propio partido. En medio de una carrera anticipada por la sucesión presidencial en las elecciones de 2024, el partido más votado de México busca que las aspiraciones de sus principales figuras no pasen factura a la formación y les ha pedido, por encima de todas las cosas, “unidad” y “lealtad” al proyecto político del presidente.