Lorenzo Córdova aseguró el que mejoramiento de la vida democrática en el país pasa por por dos ejes y ninguno de ellos es una reforma electoral.
El consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) aseguró que la salud y el progreso de la democracia mexicana no dependen de reformas electorales como la que se pretende discutir en el Congreso de la Unión en las próximas semanas a propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“La consolidación de la democracia mexicana está más vinculada al mejoramiento de la cultura cívica que a reformas electorales regresivas, eventualmente que busquen debilitar el pluralismo, desmantelar el sistema nacional de elecciones o la autonomía e independencia de las autoridades electorales”, sostuvo el consejero del INE.
En la presentación del “Informe País 2020: El curso de la democracia en México”, un trabajo elaborado por 13 académicos con la colaboración del INE tras el levantamiento de la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020 del INEGI, Lorenzo Córdova aseguró el que mejoramiento de la vida democrática en el país pasa por por dos ejes y ninguno de ellos es una reforma electoral.
El primero de ellos, dijo, es atender la cultura cívica de la ciudadanía mediante estrategias que le permitan a la población sentirse más partícipe de la vida pública del país y el segundo es que los gobernantes y legisladores sean más eficientes en sus labores con respecto a lo que piden sus representados, es decir, que los diputados y senadores generen y acaten las leyes y que los gobernantes echen a andar políticas públicas que atiendan la desigualdad, la pobreza, la corrupción, la impunidad y la violencia.
El consejero sostuvo que, como refiere el Informe País 2020, la democracia mexicana se encuentra en buena salud y funciona incluso como modelo de estudio a nivel internacional por sus altos estándares de confianza de la ciudadanía, además de que en los años recientes no han existido crisis poselectorales debido a la sospecha de que los resultados no sean apegados a la realidad.
Por el contrario, apuró en señalar que mientras la sociedad se ilusiona con salir a votar, ésta se desilusiona con los gobernantes que elige, ya que de acuerdo a la ENCUCI 2020, apenas el 23 por ciento de los ciudadanos tiene confianza en los legisladores locales y federales, mientras que apenas el 22 se fía de sus gobernantes, lo que desde la perspectiva de la población significa una regresión.
“Quizá la mayor debilidad de la democracia mexicana a los ojos de la ciudadanía es la baja calidad de la representación, las personas no se sienten representadas, en especial por las instituciones creadas para realizar esa función: las y los legisladores federales y locales”, citó el consejero de una de las conclusiones del informe.
A pesar de ello, agregó, los datos de la encuesta del INEGI revelan que 63 por ciento de la población mexicana considera que el modelo democrático es preferible que algún otro, sin embargo, advirtió que el descontento puede servir como caldo de cultivo para generar expresiones autoritarias.
“Aunque la construcción de la confianza en las instituciones de la democracia siempre debe mejorarse, la sociedad confía en su sistema electoral, como lo revela el Informe País, mucho más que en otros ámbitos de la vida pública y mucho más que en otros actores políticos”, reiteró.
En la presentación del Informe País 2020: El curso de la democracia en México también participaron la representante en el país del Programa para las Naciones Unidas para el Desarrollo, Sandra Sosa; la directora general adjunta de Desarrollo, Análisis e Indicadores de Gobierno del INEGI, Alejandra Ríos Cázares; la coautora del informe y profesora investigadora del Colegio de México, María Fernanda Somuano Ventura; y el titular de la dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica del INE, Roberto Cardiel.