Las autoridades de todo el sur de Europa se enfrentan a enormes incendios en países como España, Grecia y Francia, con cientos de muertes atribuidas al aumento de las temperaturas que, según los científicos, son compatibles con el cambio climático.
En España, los helicópteros lanzaron agua sobre las llamas, mientras las temperaturas de más de 40º Celsius y el terreno a menudo montañoso dificultaron el trabajo de los bomberos.
Los conmocionados residentes que observaban las gruesas columnas de humo que se elevaban sobre el valle del Jerte, en la región de Extremadura —en el centro oeste del país—, dijeron que el calor estaba haciendo que su hogar, antes verde y fresco, se pareciera más al sur semiárido de España.
Un estudio publicado en junio en la revista Environmental Research: Climate concluyó que era muy probable que el cambio climático estuviera empeorando las olas de calor.
Hasta ahora se han atribuido más de 1,000 muertes a la ola de calor de casi una semana de duración en Portugal y España. Las temperaturas en España han llegado a alcanzar los 45.7 grados.
La agencia meteorológica española emitió avisos de altas temperaturas para el domingo, con previsiones de máximas de 42 grados en Aragón, Navarra y La Rioja, en el norte. La agencia dijo que la ola de calor terminaría el lunes, pero advirtió que las temperaturas seguirían siendo “anormalmente altas”.
El domingo por la tarde se produjeron incendios en otras regiones, como Castilla y León en el centro de España y Galicia en el norte. Los bomberos estabilizaron un incendio en Mijas, en la provincia de Málaga, y dijeron que las personas evacuadas podían volver a casa.
En Francia, los incendios se han extendido ya por 11,000 hectáreas en la región suroccidental de Gironda, y más de 14,000 personas han sido evacuadas, según informaron las autoridades regionales el domingo por la tarde.