El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la agencia de calificación Moody’s aumentaron la presión sobre Reino Unido para que dé marcha atrás en una nueva estrategia económica que sacudía a los mercados financieros por cuarto día consecutivo y que ha desatado una creciente alarma sobre el mercado inmobiliario británico.
La rara intervención en un país del G7 por parte del FMI, el prestamista mundial de última instancia, subrayó la gravedad de la situación a la que se enfrenta Reino Unido.
El valor de la libra y de los bonos británicos se ha desplomado desde el viernes, cuando el ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, expuso sus planes para impulsar el crecimiento económico, lo que obligó al Banco de Inglaterra a señalar una significativa subida de tasas en el futuro.
A media mañana del miércoles en Londres, la libra perdía un 0.4%, a 1.0688 dólares, la rentabilidad de la deuda pública a 30 años superaba el 5% y alcanzaba su máximo en 20 años, y los estrategas de la renta fija advertían de que los mercados se estaban acercando a la imposibilidad de negociar debido a la volatilidad.
Raymond Thomas Dalio, codirector de inversiones del mayor fondo de cobertura del mundo, Bridgewater Associates, dijo que no podía creer los errores que estaba cometiendo el gobierno de la nueva primera ministra, Liz Truss.
“La venta de pánico que se está viendo ahora y que está llevando a la caída de los bonos, la moneda y los activos financieros del Reino Unido se debe al reconocimiento de que la gran oferta de deuda que tendrá que vender el gobierno es demasiado para la demanda”, dijo en Twitter.
Julian Jessop, un economista que asesoró de manera informal a Truss durante su campaña de liderazgo, dijo que la economía corría el riesgo de caer en un “espiral catastrófico”.
La última crisis que ha afectado al Estado británico ha sido desencadenada por los planes de Kwarteng de aplicar profundos recortes fiscales y desregulación para sacar a la economía de un largo periodo de estancamiento, considerado como un retorno a las doctrinas “thatcherianas” y “reaganomistas” de los años ochenta.
El FMI dijo que las propuestas, que llevaron a la libra a un mínimo histórico de 1.0327 dólares el lunes, se sumarían a una crisis de credibilidad después de que el gobierno recortó los impuestos y aumentó el endeudamiento justo cuando el Banco de Inglaterra eleva las tasas de interés para hacer frente a la creciente inflación.
“Dadas las elevadas presiones inflacionarias en muchos países, incluido el Reino Unido, no recomendamos paquetes fiscales grandes y sin objetivos en esta coyuntura, ya que es importante que la política fiscal no funcione en contra de la política monetaria”, dijo un portavoz del FMI.
El FMI tiene una importancia simbólica en la política británica: su rescate en 1976, tras una crisis de la balanza de pagos, obligó a realizar enormes recortes de gastos y ha sido considerado durante mucho tiempo como un humillante punto bajo en la historia económica moderna del país.