No obstante, en su nota el mandatario estadounidense advirtió de que toda negociación «requiere de un socio dispuesto a operar de buena fe» y recordó que «la agresión brutal e injustificada de Rusia en Ucrania ha hecho añicos la paz en Europa y constituye un ataque contra los principios fundamentales del orden internacional».
«En este contexto, consideró, Rusia debería demostrar que está preparada para reanudar el trabajo sobre el control de las armas nucleares con E.U.».
Poco después de llegar a la Casa Blanca en enero de 2021, Biden acordó con el presidente ruso, Vladímir Putin, mantener vivo por cinco años más el Nuevo Start, que limita el número de armas nucleares estratégicas, con un máximo de mil 550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos para cada uno de los dos países, en tierra, mar o aire.
Este es el último acuerdo de desarme que queda vigente entre ambas potencias nucleares.
Por otro lado, Biden también mencionó a China en su comunicado y apuntó que tiene una responsabilidad en esta materia como uno de los cinco estados con armamento de este tipo que están adheridos al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU.
En ese sentido, señaló que Pekín debería embarcarse en conversaciones para reducir el riesgo de errores de cálculo y abordar «las dinámicas militares desestabilizadoras».
«No hay ningún beneficio para ninguna de nuestras naciones o el mundo por resistirse a una cooperación sustancial sobre el control de armas y la no proliferación nuclear», señaló el mandatario.
Biden subrayó que su país quiere liderar con el ejemplo y dijo que en este momento de «incertidumbre y turbulencia en el escenario global» es «más crucial que nunca» reiterar su compromiso con los principios de la no proliferación global.
Destacó que el mundo puede confiar en que su Gobierno seguirá apoyando el Tratado de No Proliferación Nuclear y que buscará seguir fortaleciendo los esfuerzos en este sentido.
La ONU abre hoy en Nueva York una conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear, la primera en siete años y que se prevé marcada por las tensiones de la guerra en Ucrania, las negociaciones con Irán y el programa atómico norcoreano.