Una venezolana recibe a cientos de estas aves en su jardín, al que muchos consideran un edén por las decenas de especies y todo lo que han descubierto al observar a estos diminutos animales
Cuando era niña, la venezolana Enma Pescador solía sentarse a contemplar los colibríes con su abuela, pero ahora recibe a cientos de estas aves en su jardín en Caracas, en lo que muchos consideran una especie de edén para estas aves.
A su jardín suelen llegar bandadas de colibríes que se desplazan a una velocidad de entre 50 y 120 kilómetros por hora. Las aves se apoderan del espacio y normalmente llegan tantos colibríes que el zumbido que emiten al aletear se escucha nítido.
Los bebederos, que se encuentran en el jardín de Enma, se llenan de aves y aleteos de animales color azul, violeta, verde y naranja ya que sus tonalidades varían según la luz que reciben.
De acuerdo con la agencia AFP, estas aves tienden a ser territoriales y sus desafiantes movimientos los asemejan a diminutos aviones caza, ya que suelen tener feroces peleas entre ellos, pero conforme se acerca la noche se concentran más en alimentarse.
Al menos en Venezuela, han sido cien las especies que han sido documentadas de acuerdo con Alberto Blanco Dávila, un naturalista de los jardines ecológicos Topotepuy, lugar donde se estudia el comportamiento de los colibríes y los reciben en bebederos.
Enma, se inició en la fotografía con una cámara de su hijo y ha logrado captar momentos tan íntimos de estas aves como el de una madre alimentando a su cría, y todos esos momentos los comparte en su cuenta de Instagram, que tiene alrededor de 12 mil seguidores.
Para darles de beber a los colibríes, en promedio destina unos 3 kilos de azúcar por día, los cuales mezcla con agua y los deposita en los bebederos. De un kilo obtiene cinco litros de néctar y en los meses de migraciones, que van de mayo a julio, esta cantidad se duplica.
Enma Pescador es una ama de casa que se dedicó al jardín cuando sus hijos emigraron, y ha rechazado su oferta de llevarla fuera de Venezuela.
«Esto no lo tendré en ningún otro lugar», comentó.
Para evitar la proliferación de hongos nocivos, mantiene limpios los bebederos, además de ser cuidadosa al preparar el néctar para las aves, cabe destacar que los colibríes necesitan tomar tanto como puedan sobre todo en la tarde, ya que es el momento de mayor frenesí.
Blanco Dávila detalló que cuentan con un metabolismo 77 veces superior al de un humano promedio, y que aunque gastan tanta energía durante el día, por la noche entran en un estado de sueño profundo o entorpecimiento, semejante a una hibernación de muy corta duración.