La ciudad de Nueva York cerró el basurero de Fresh Kills, el más grande del mundo, que recibió los escombros mezclados con restos humanos y pertenencias de las víctimas de las Torres Gemelas tras los atentados terroristas de 2001, y que se convertirá en un parque.
Las autoridades certificaron oficialmente su clausura veinte años después de que llegaran los últimos escombros a los que fueron reducidas las torres y pasara a ser un lugar de trabajo para cientos de trabajadores de limpieza, policías, agentes federales y forenses en busca de pistas y restos humanos.
Promete ser el segundo parque más grande de Nueva York
El basurero, ubicado en Staten Island, se convertirá dentro de unos meses en un parque que promete ser el segundo más grande de Nueva York -detrás de Pelham Parkway, en El Bronx- ya que contará con casi 9 kilómetros cuadrados, de acuerdo con un comunicado del Ayuntamiento.
Desde 1986, el Departamento de Limpieza de la ciudad ha invertido 980 millones de dólares para cerrar de manera segura el vertedero de Fresh Kills y “avanzar en la transformación” hacia un parque, dijo la directora del Departamento de Parques, Sue Donoghue.
“No hay mejor cura para la recuperación de la Ciudad de Nueva York que nuestros parques y espacios abiertos. Al transformar el vertedero de Fresh Kills en un parque, estamos apoyando esa recuperación y brindando a los neoyorquinos acceso a nuevos espacios verdes limpios”, indicó el alcalde Eric Adams.
Desde 1948 hasta 2001, Fresh Kills recibió la mayor parte de la basura de la ciudad, y desde 1991 era el único basurero en funcionamiento que recibía residuos residenciales. Durante este tiempo, acumuló 150 millones de toneladas de desechos sólidos, formando cuatro montañas de gran altura.
A partir del atentado contra las Torres Gemelas, en 2001 pasó a ser casi durante un año un basurero en el que se analizaron 1,2 millones de toneladas de escombros de la Zona Cero, que se encuentran ahora entre dos capas de tierra dentro de una sección claramente marcada del área.