Luego del asesinato de ocho personas, tres hechos distintos ocurridos en bares de los municipios de Poza Rica y Coatzintla, y tras las amenazas de un supuesto grupo de la delincuencia organizada, a la zona arribaron 200 efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), para reforzar las labores de seguridad.
El presidente municipal de Poza Rica, Fernando Luis Remes Garza, afirmó que en la localidad el ambiente es de seguridad y descartó que sucesos violentos como los ocurridos el fin de semana puedan repetirse, con el reforzamiento de la vigilancia por parte de autoridades de los tres órdenes de gobierno.
En entrevista con Milenio, el alcalde minimizó estos actos al señalar que se trataron de ajustes de cuenta y es la primera vez en el año de administración al frente del ayuntamiento, que ocurrieron hechos similares.
Sobre las amenazas que se difundieron supuestamente de un grupo de la delincuencia organizada, Fernando Luis Remes Garza aseguró que no existe temor porque se pueda recrudecer la violencia y, por el contrario, insistió en que se invita a la población a mantener sus actividades de manera ordinaria.
La noche del domingo 1 de enero, cinco personas fueron acribilladas a balazos en dos hechos distintos ocurridos con menos de una hora de diferencia en el municipio de Poza Rica; en el mismo lapso, tres personas más fueron asesinadas en el municipio vecino de Coatzintla. Todos los ataques ocurrieron en bares.
En la versión oficial, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez atribuyó los hechos a un probable ajuste de cuentas, entre bandas de la delincuencia organizada, y más tarde informó que se tenían a personas detenidas.
El asesinato de las ocho personas en la jornada del 1 de enero no fue el primer hecho violento que se registró en la zona norte del estado de Veracruz durante el fin de semana; el 31 de diciembre fue abandonado en bolsas el cuerpo del comandante de la Policía Municipal de El Espinal, Luis Quinto.