En 2022 fueron 32 mil 223 homicidios en México; 25 homicidios por cada 100 mil habitantes a nivel nacional, tasa menor a la del 2021, que fue de 28 asesinatos.
En el 2022, el porcentaje de homicidios aumentó en Baja California Sur, Campeche, Colima, Hidalgo, Estado de México, Nuevo León y Puebla, mientras que en el resto de las entidades disminuyó.
Sin embargo, las tasas de asesinatos más altas las tienen Colima, con 113 homicidios por cada 100 mil habitantes; Baja California, con 70; Guanajuato, con 68; Sonora, con 58; Morelos, 57; Chihuahua, 53; Michoacán, 46; Guerrero, 38, y Quintana Roo, con 33.
Además, tres mil 131 correspondieron a objetos cortantes; dos mil 378, por ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación; 225, con objeto romo o sin filo; 217, con humo, fuego y llamas; y 186, con disparo de arma corta, principalmente.
Según el INEGI, los homicidios forman parte de las defunciones accidentales y violentas.
Su clasificación se determina con base en las causas (afecciones y lesiones), el tipo de defunción y el motivo de la lesión que registra la o el médico certificante en el certificado de defunción.
Las primeras dos son fundamentales para distinguir entre un presunto homicidio, un presunto accidente, un presunto suicidio o una presunta intervención legal.
El INEGI recopila información de presuntos homicidios directamente de los Servicios Médicos Forenses, por medio de los certificados de defunción que emiten para las muertes accidentales y violentas.
Además, obtiene datos en las Oficialías del Registro Civil a través de actas y certificados de defunción. Esta información se complementa con la que proporcionan las Agencias del Ministerio Público mediante los cuadernos estadísticos de defunción.