A mediados de diciembre las calles de los pueblos y ciudades de Veracruz se llenan de niños y adultos que entonan versos al ritmo del son jarocho. Todos cargan una rama de un árbol adornada con globos, esferas y papeles de colores alusivos a la navidad, mientras recorren los negocios y casas de sus colonias o barrios cercanos.
Esta tradición tiene sus primeros inicios en el estado durante el siglo 19, en la región del sotavento como Tlacotalpan, Alvarado, Cosamaloapan y Tlalixcoyan, donde se cantaban versos muy parecidos a los de la actualidad, describe el historiador Ricardo Cañas Montalvo.
El comercio portuario que se daba en aquellos años entre Veracruz y Yucatán puedo influir en la mezcla de esta tradición, recalca el especialista. Pero fue en la entidad veracruzana donde tuvo mayor arraigo, cada región le implementó su toque persona y conforme los años pasaron también hubo modificaciones en sus versos y la manera en la que se realiza.
Por ejemplo, en Tlacotalpan La Rama se sacaba el 25 de diciembre al 6 de enero, como un pretexto para continuar las fiestas después de navidad, esta fecha es muy distinta a la que se conoce en el puerto de Veracruz, que empieza desde el 16 al 24 de diciembre.“Si escuchamos los versos tradiciones de La Rama dicen que Dios ya nació, esto era para continuar las fiestas relacionadas con la navidad. La Rama en aquellos lugares era más bien un compromiso. Se encontraba a la persona en la calle y se le decía que tal día le iban a llevar La Rama, que se preparara, la persona entonces debería preparar en su casa un convivió que consistía en la comida tradicional de la zona”, explica el historiador.
La Rama llegó a la ciudad de Veracruz durante los años 1985, durante la construcción del puerto, la demanda de mano de obra hizo que personas de la región del sotavento se vinieran a vivir a la zona, por lo que sus familiares traían a La Rama para cantarles desde sus regiones.
Actualmente, la tradición cambió, ya no se realiza en una sola casa con un convivió entre personas conocidas, sino las personas que salen con La Rama van a las casas de sus colonias o barrios cercanos a cantar estos versos y a cambio piden una moneda.“La Rama era una convivencia, era algo que unía en hermandad a la familia, a los amigos del barrio, a los compañeros de trabajo. Ahora esa bonita convivencia es lo que se ha perdido con el paso del tiempo”, concluye Ricardo Cañas.
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