12 de los 50 estados que componen el país han prohibido el aborto desde la derogación de ‘Roe v. Wade’ el pasado junio
El cartel que cubre la pared detrás del escenario del teatro de la Universidad de Howard, en Washington, ya deja bien claro el tema del discurso que Joe Bidenha dado este martes en ese centro docente. ‘Roe’ es la manera coloquial para referirse a ‘Roe v. Wade’, la sentencia del Tribunal Supremo que impuso el aborto como un derecho en todo Estados Unidos en 1973, y que fue derogado por el mismo Tribunal Supremo en junio pasado.
Desde entonces, 12 de los 50 estados de EEUU han prohibido el aborto. De ellos, 8 lo han prohibido en todo tipo de circunstancias, salvo que la vida de la madre esté en peligro. Incluso en esos casos, la ambigüedad de la nueva regulación ha creado situaciones confusas, y en algunos casos mujeres a las que los médicos aconsejaban abortar por razones de salud han tenido que ir apresuradamente a otros estados porque en los que residían los facultativos no recibían autorización para hacerlo. El 61% de los estadounidenses creen que el aborto debería ser legal, según un sondeo del Pew Research Center, una organización de estudios de la opinión pública sin ánimo de lucro que no está afiliada a ningún partido político.
Las elecciones que se celebran justo dentro de tres semanas giran en buena medida en torno al aborto. Y Biden y el Partido Demócrata han decidido aprovecharlo. Así que el presidente ha anunciado este martes su intención de que el Congreso de Estados Unidos apruebe una ley que legalice esa práctica en todo el país. Es un anuncio electoral y, casi seguro, absolutamente irrelevante, ya que lo más probable es que el Partido Demócrata pierda la mayoría en la Cámara de Representantes en los comicios del 8 de noviembre.
El anuncio de Biden, sin embargo, tiene lógica para conseguir votos. Desde que el Supremo derogó ‘Roe’, los demócratas han obtenido mejores resultados de los previstos en varias elecciones especiales. Eso se debe no solo a la movilización del voto femenino sino, también, del aumento del respaldo entre los hombres, sobre todo los padres de familia con hijas adolescentes. El aborto, así, se ha convertido en una baza a favor de los demócratas en un año en el que tienen difícil preservar su mínima mayoría en el Congreso, y éstos lo han aprovechado.
Es un paso más dentro de las ‘guerras de la cultura’ en Estados Unidos, que se libran en torno a cuestiones como los derechos LGBTQ+ o a la inmigración. De hecho, el mayor representante del ala izquierda del Partido Demócrata, el senador y ex candidato a la presidencia Bernie Sanders, se ha quejado de que sus compañeros de bancada se están centrando más en el aborto que en cuestiones económicas. Es una posición previsible por parte de Sanders, que tiende a criticar a su partido más que los republicanos, y con se reunió en agosto la vicepresidenta del Gobierno de España, Yolanda Díaz.