En una entrevista divulgada este domingo por la BBC, la ahora reina consorte Camila sostuvo que la ascensión al trono de Isabel II se dio en un momento cuando no había más mujeres en el poder
En una entrevista divulgada este domingo por la BBC, la reina consorte de Reino Unido, Camila, sostuvo que Isabel II fue una mujer que tuvo que crear su propio rol en en un mundo donde el poder estaba dominado por hombres.
En 1952, cuando la fallecida reina Isabel fue designada jefa de Estado, con 25 años, no había otras mujeres en el poder: no había primeras ministras, ni presidentas; ella era la única y creo que tuvo que crear su propio rol, señala la Reina consorte en una entrevista grabada, que formará parte de un documental más extenso.
Debió de ser muy difícil para ella, siendo una mujer en solitarioCamila de Conrwall, reina consorte del Reino Unido
La esposa de Carlos III, monarca de Reino Unido tras la muerte de su madre, agregó que Isabel II fue parte de la vida de los británicos desde siempre, recordando que la Reina pasó más de 70 años en el trono.
«Tengo 75 años y no puedo recordar a nadie más en esa posición excepto a la reina –afirma […] Tiene esos maravillosos ojos azules que cuando sonríe iluminan todo su rostro. Siempre recordaré su sonrisa, es inolvidable».
Esta es la primera declaración que se conoce de la ahora Reina Consorte sobre el fallecimiento de Isabel II, ya que hasta ahora sólo se habían posicionado los hijos y nietos de la monarca.
De Camila Parker a Camila de Cornwall y reina consorte
Camila fue durante años percibida como el personaje malvado que interfería en el (no tan idílico) matrimonio entre Carlos y su primera esposa, la malograda e idolatrada Diana de Gales.
Nacida en Londres, en el hospital King’s College, el 17 de julio de 1947 Camila fue durante años, para el resto del universo, la tercera en discordia que se entrometía entre Carlos y Diana.
La segunda esposa posee una nada desdeñable lista de títulos, entre ellos el ducal de Cornwall, los de duquesa de Rothesay y condesa de Chester.
Por ley sería también princesa de Gales pero desde el palacio de Buckingham se acordó que se le llamaría duquesa de Cornwall con tratamiento de Alteza Real, por respeto a la memoria de Diana.
La hoy monarca consorte tuvo que hacer concesiones a fin de granjearse la simpatía de la opinión publica y conquistar a los británicos.
Hoy se puede decir que lo ha conseguido. Detrás de la normalización de la relación con Carlos hubo una estratégica campaña para mejorar su imagen y, según han comentado los medios británicos, ayudó –mucho– que los príncipes William y Harry, hijos de Lady Di, la aceptaran.