Los Zorros están en la cima del futbol mexicano.
Atlas se consagró bicampeón de la Liga MX, tras caer 2-1 frente a Pachuca en el duelo de vuelta de la Final del Torneo Clausura 2022, celebrado este domingo en el Estadio Hidalgo, pero imponerse en el marcador global 3-2. Los Rojinegros ligaron títulos, seis meses después de haber terminado una larga sequía de 70 años.
El conjunto hidalguense alargó el suspenso con los tantos del ecuatoriano Romario Ibarra, autor de un golazo al minuto 8, y el argentino Nicolás Ibáñez al 45+9′; sin embargo, el también argentino Julio César Furch marcó, vía penal, al 45′, el tanto que significó a la postre el título para los rojinegros.
De esta manera, Atlas, bajo el mando del técnico argentino Diego Martín Cocca, consiguió el tercer título de su historia, el primero en la temporada 1950-1951, y se une en la lista de bicampeones, desde el cambio a torneos cortos en 1996, a Pumas, que lo hizo en el Clausura y Apertura 2004, y León, que logró sus campeonatos en el Apertura 2013 y Clausura 2014.
En cuanto sonó el silbatazo inicia del Fernando Hernández el conjunto hidalguense se volcó sobre el marco rival y muy pronto encuentro el premio, gracias a un golazo de bandera del ecuatoriano Romario Ibarra, quien dejó sembrados a dos defensas, con túnel incluido, para definir sobre la marcha de pierna derecha a segundo poste, lejos del alcance del arquero colombiano Camilo Vargas. Pachuca se metía de lleno al partido.
La respuesta tapatía llegó dos minutos después, cuando un servicio al área derivó en el disparo de Hugo Nervo y Gustavo Cabral salvó sobre la línea a los Tuzos, ya con Óscar Ustari como un espectador más.
Al minuto 23 se presentó la primera jugada polémica del encuentro, toda vez que el peruano Anderson Santamaría bajó en el área grande a Erick Sánchez, un aparente penal, la jugada fue revisada por el silbante en el VAR y, tras varios minutos de deliberación, Hernández marcó un presunto fuera de lugar previo de Romario Ibarra, decisión que no convenció a nadie.
Pachuca no cambio el guion, agobió el marco de Vargas con disparos de media y larga distancia; sin embargo, Atlas encontró el tanto el empate parcial en una jugada fortuita, una inocente mano de Daniel Aceves, tras disparo de José Javier Abella, fue marcado con pena máxima, previa revisión, otra vez, en el VAR.
El encargado de capitalizar el penal fue el argentino Julio César Furch, quien definió con clase a la izquierda de Ustari, para el 1-1. El campeón respiraba.
Una eternidad de nueve minutos se agregaron, tras el tiempo perdido en las revisiones de las jugadas previas, tiempo suficiente para que Pachuca volviera a la carga y retomara a la ventaja en el marcador.
Al 45+9′, Víctor Guzmán sacó un servicio a segundo poste que tapó a Emanuel Aguilera y permitió el remate con la cabeza de Nicolás Ibáñez para dejar sin oportunidad a Vargas en el fondo. Con el 2-1 regresó la calma al técnico uruguayo Guillermo Almada, tras el gran coraje que hizo minutos antes con el penal de Aceves.
En los primeros minutos de la parte complementaria, Pachuca se adueñó de los rebotes en la media cancha, pero sus aproximaciones con peligro al marco rival se diluyeron ante la buena marca rojinegra.
Con el ajuste de Almada, quien ordenó los ingresos de Fernando Navarro y Bryan González, los Tuzos intentaron refrescar el ataque en busca del gol que necesitaban para llevar el partido a los tiempos extras.
Al 68′, Ibáñez puso el balón en las tribunas, tras quedar solo frente al marco de Vargas, luego de uno de los pocos errores de la zaga tapatía.
Atlas se quedó con 10 hombres al minuto 83′, tras la expulsión al ecuatoriano Aníbal Chalá, quien pisó se manera accidental a Víctor Guzmán y, Hernández, previa revisión en el VAR, le sacó la tarjeta roja directa. La mesa estaba servida para los Tuzos en la recta final.
Con seis minutos de tiempo agregado, Pachuca buscó el milagro, pero Atlas mostró oficio para alejar el peligro de su marco.
Así, con el sello de la casa, con sufrimiento, a lo Atlas, el conjunto tapatío aguantó los últimos minutos y logró el anhelado bicampeonato que hace olvidar a su leal afición tantos años de sufrimiento.
